domingo, 24 de abril de 2011

Carta a mi amiga Emilia:

Que tu locura sea infinita, y tu felicidad no tenga desperdicio. Nunca dejes de bailar tu conga contagiosa, y por nada en el mundo cambies tu estúpida, y divina forma de ser. Que tu sonrisa nunca falte, pero que tu llanto no se guarde.